La lluvia fría moja mi rostro,
desencajado por mil razones,
máscara cruel del destino,
que no elegí para mi existencia,
como siempre se repite,
las tinieblas de la noche me reciben.
Vivo pidiendo perdón,
con dolor, con arrepentimiento,
por culpa propia o ajena,
solo eso siento en mi alma,
tan llena de culpas, castigada, maltratada,
se desangra sin respuestas hasta llegar a la nada.
Mi ser resentido, impasible,
se subordina sin aceptar esta existencia,
desprecia la presencia del alma,
desprecia las culpas sentenciadas,
si fuí cusante de todo esto,
pido perdón por haber amado.
Por mucho amor he pecado,
por amor y no saber amar,
he sido maltratado, despreciado,
bienaventurado quien bien ama,
bienaventurado quien es amado,
comprendo ahora mi error, bien castigado. .
